La Escuela Positiva del Derecho Penal
La Escuela Positiva del Derecho Penal
Introducción
El Derecho Penal, como rama fundamental del orden jurídico, ha sido objeto de diversas teorías y corrientes doctrinarias a lo largo de la historia. Una de las más influyentes en la modernización de esta disciplina es la Escuela Positiva del Derecho Penal, la cual surgió como reacción a la Escuela Clásica, proponiendo un enfoque más científico, basado en la observación empírica y el estudio del criminal más que del delito en sí.
1. Origen y Desarrollo del Positivismo Penal
Fundamento Histórico y Filosófico
La Escuela Positiva del Derecho Penal nació en Italia en el siglo XIX, en el contexto de grandes avances científicos y sociales. Esta corriente se nutre del positivismo filosófico propuesto por pensadores como Auguste Comte, quien sostenía que el conocimiento solo puede basarse en hechos observables y verifica bles empíricamente.
A diferencia de la Escuela Clásica, que defendía el libre albedrío y el castigo proporcional al delito, la Escuela Positiva consideraba que el delito es un fenómeno natural y social, y que el criminal debe ser estudiado desde una perspectiva biológica, psicológica y sociológica.
Ejemplo aplicado:
Un ejemplo típico del enfoque positivista sería el análisis de un asesino en serie. En lugar de simplemente juzgarlo por el acto cometido, los positivistas buscarían entender sus antecedentes biológicos, su entorno familiar, y sus características psicológicas para prevenir futuras conductas delictivas.
Bibliografía:
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Ferri, E. (1895). Sociología Criminal. Madrid: Librería de Victoriano Suárez.
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Comte, A. (1848). Curso de Filosofía Positiva. París.
2. Principales Exponentes de la Escuela Positiva
1. Cesare Lombroso (1835–1909)
Fue el pionero del positivismo criminal. Su obra más famosa, El hombre delincuente (1876), proponía que ciertos individuos nacen con predisposición al crimen, basada en características físicas (teoría del criminal nato). Aunque muchas de sus ideas han sido superadas, marcó el inicio de un estudio científico del delincuente.
Ejemplo: Lombroso identificaba rasgos como mandíbulas prominentes o asimetría facial como signos de predisposición al delito, lo cual hoy es criticado, pero en su época introdujo la medicina forense al análisis criminal.
2. Enrico Ferri (1856–1929)
Discípulo de Lombroso, Ferri amplió la teoría hacia un enfoque sociológico del delito, sosteniendo que las causas del delito son múltiples: físicas, antropológicas y sociales. Proponía que el sistema penal debía enfocarse en la prevención más que en el castigo.
Ejemplo: Ferri consideraba que la pobreza y la falta de educación eran factores determinantes del crimen. Así, un joven que roba para comer es más un producto del entorno social que de una voluntad delictiva.
3. Raffaele Garofalo (1851–1934)
Jurista y criminólogo, fue quien acuñó el término "criminología". Propuso el concepto de delito natural, entendido como aquel acto que va contra los sentimientos altruistas fundamentales, como la piedad y la probidad.
Ejemplo: Para Garofalo, delitos como el asesinato o la traición son delitos naturales, ya que atentan contra instintos básicos de convivencia.
Bibliografía:
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Lombroso, C. (1876). L’uomo delinquente. Torino: Bocca Editores.
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Ferri, E. (1900). Los delincuentes en el arte. Madrid: V. Suárez.
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Garofalo, R. (1885). Criminología. Madrid: Editorial Reus.
3. Impacto y Críticas a la Escuela Positiva
La Escuela Positiva revolucionó el Derecho Penal al introducir criterios científicos en el estudio del delito. Su influencia permitió el desarrollo de la criminología moderna, el análisis forense, y las medidas de seguridad aplicadas según la peligrosidad del sujeto.
Sin embargo, también fue objeto de críticas, especialmente por su determinismo biológico inicial y la tendencia a justificar el control social sobre ciertos grupos. Hoy se reconoce su valor como fase de evolución, pero desde una visión crítica e integradora.
Conclusión
La Escuela Positiva marcó un antes y un después en el Derecho Penal, al cambiar el foco del delito al delincuente. Aunque muchas de sus ideas han sido superadas, su legado perdura en la criminología, la política criminal moderna y en la humanización del tratamiento penal. Comprenderla es esencial para cualquier estudiante o profesional del derecho que aspire a un enfoque integral de la justicia.
Bibliografía General
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Comte, A. (1848). Curso de Filosofía Positiva. París.
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Lombroso, C. (1876). L’uomo delinquente. Torino: Bocca Editores.
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Ferri, E. (1895). Sociología Criminal. Madrid: Librería de Victoriano Suárez.
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Garofalo, R. (1885). Criminología. Madrid: Editorial Reus.
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Roxin, C. (2006). Derecho Penal. Parte General. Madrid: Civitas.
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Mir Puig, S. (2008). Derecho Penal. Parte General. Barcelona: Reppertor.
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